Me levanté esa mañana algo nerviosa porque, aunque
lo tenía todo preparado, no pude evitar madrugar muchísimo.
Cuando llegamos a la Puebla ya había amigas
esperando con sus padres el autobús que nos llevaría a Tarihuela. ¡Qué ilusión!
Estábamos a punto de empezar una divertida aventura.
Durante el viaje estuvimos cantando y riéndonos
muchísimo, se notaba que teníamos muchas ganas de pasarlo bien.
Cuando nos dimos cuenta, las monitoras de EDUCA nos
avisaron de que estábamos llegando y todos nos asomamos a las ventanillas del bus,
ya veíamos la entrada al centro de naturaleza… y de nuevo me puse nerviosa. ¡Que
guay!
El autobús se detuvo, y allí estaban mirándonos 5 monitores que enseguida
nos saludaron: Peter (con sus rastas super, super largas) Chesco ( con una
canción que enseguida aprendimos) Laura (con su baile molón) y Ana y Alba que
nos cuidaron mucho desde aquel momento.
Tenía pinta de que iba a ser una semana mágica… ¡y
así fue!
El primer día paso muy muy pronto y después de cenar
nos enteramos de que teníamos un juego nocturno... ¡menuda sorpresa! No pensábamos
dormir esa noche, es que todo era chulísimo, estaba con mis amigas en la misma
habitación, todas en literas…y con ganas de hablar y hablar… Finalmente nos
dormimos (pero yo creo que fui la última, ya que era muy tarde)...
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